jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Restos de la sinagoga de Valencia de Don Juan?


El derribo ayer de una edificación situada entre las calles Miguel Zaera y El Bierzo, en pleno centro urbano de Valencia de Don Juan -inmediato a la Calle Mayor-, ha dejado a la luz interesantes estructuras arquitectónicas en las que destacan dos grandes arcos de ladrillo.

Ya se conocía la existencia de estos arcos pues eran visibles en la otra parte del muro que da a un patio particular, pero estos días pueden contemplarse en toda su magnificencia, como muestran las imágenes.

Además de los arcos se observan importantes muros de cal y canto y ladrillo, además de tapial. Hacia la casa de al lado también se conoce la existencia de un arco apuntado de piedra, cuya imagen publicó Miguel Ángel Millán Abad en su Historia de Coyanza (1998, tomo I, p. 289).

Se desconoce con certeza a qué edificación pudieron pertenecer estos restos, aunque algunos autores locales (como el propio M. Á. Millán Abad) los vinculan -no sin reservas y cautela- con la importante sinagoga judía que existió en Valencia de Don Juan.

Esta mañana observaban tales vestigios el arquitecto municipal y dos policías, además de muchos vecinos de la localidad interesados por las antiguas estructuras arquitectónicas que han quedado a la luz. Desconocemos el futuro que tendrán los restos aunque consideramos que deberían ser conservados y restaurados. Para tratar de averiguar datos sobre su origen sería muy positivo realizar una excavación arqueológica financiada por las administraciones públicas.

La Sinagoga coyantina
La existencia de una importante población judía en la Valencia de Don Juan en el siglo XIV está fuera de dudas tras los estudios publicados por Justinano Rodríguez, J. I. Ruiz de la Peña, F. Cantera Burgos, José Luis Lacave y Julio Valdeón, entre otros autores.

El acontecimiento histórico más trascendental del pasado judío coyantino tuvo que ver con la incautación de su sinagoga en 1379 ya que entonces se había ampliado y mejorado tanto que era "más noble e más preçiosa que de primero era, e de mucho mayor valor que la parrocha do está situada".

Tras la confiscación ordenada por la reina Juana fue tomada por el concejo y la clerecía local, que "mandaron a los dichos judíos que sacasen de la dicha sinagoga las lánpadas e las torás e las otras cosas que tenían" y tras ello el templo judío fue cristianizado y convertido en la Parroquia de Santa Catalina.

Con estos datos no estamos dando por sentado que los restos arquitectónicos aparecidos ayer en el centro de Valencia de Don Juan se correspondan con la sinagoga judía. Lo único evidente es que manifiestan la existencia de un edificio importante dada su fuerte fábrica de ladrillo, tapial y piedra junto a la presencia de arcos en altura. La función de la construcción, por el momento, es una incógnita.

jueves, 9 de junio de 2011

Prensa histórica coyantina (I): Semanario EL PROGRESO


Escribe en la página 68 del tomo III de su Historia de Coyanza el recientemente nombrado Cronista Oficial de Valencia de Don Juan, Miguel Ángel Millán Abad, que no había podido localizar ningún ejemplar del periódico EL PROGRESO del cual le habían dado noticias, teniéndolo como sustitutuvo del desaparecido EL ESLA editado entre el 21 de julio de 1918 y el 22 de mayo de 1921.

Por suerte y gracias a un amigo, nosotros hemos tenido el placer de tener en nuestras manos un número de
EL PROGRESO, además el primero, que vio la luz el 13 de noviembre de 1921. Ciertamente puede considerarse como una continuación de EL ESLA, pues aunque nosotros no hemos tenido todavía la fortuna de contemplar ningún original de aquel, observamos muchas similitudes en el formato de su cabecera.

EL PROGRESO se presentaba como "semanario independiente y de información" y al igual que EL ESLA se publicaba los domingos. Cada número costaba 10 céntimos y tenía los siguientes precios de suscripción: 1,50 pesetas al trimestre, 3,00 pesetas al semestre y 5,50 pesetas al año. No aparece el nombre de su director en este número inaugural, aunque la dirección de la redacción y administración figuraba en Salvador nº 5.

Los redactores explican en el primer número de
EL PROGRESO que "es y será ante todo y sobre todo el portavoz de nuestra querida villa (...) en sus columnas se imprimirán artículos encaminados a defender los intereses de nuestro desatendido y olvidado pueblo". Más adelante concreta alguno de sus aspectos y objetivos: "Actuaremos en política. En la política de progreso: desecharemos esos partidos de turno que nunca han hecho nada merecedor del aplauso unánime. Criticaremos la política local, sea quien fuere su director o cacique, si ella no va encaminada por el sendero que debe seguir. Sin embargo, tampoco regatearemos el aplauso a quien veamos que de una manera desinteresada trabaja activamente por el bien del pueblo y del distrito generalizado".

Las primeras columnas se firman bajo seudónimos: Rubén Darío, El príncipe de los sueños locos, Armando Lío o Pompeyo, aunque también esciben forasteros como Pelayo Loydi desde La Bañeza o Higinio López desde Ceuta. Una de las primeras quejas que se hace al alcalde Juan García Otero es que haya ordenado el cierre de los establecimientos públicos a las 11 de la noche, lo que comprobaba la Guardia Civil causando perjuicios a los industriales coyantinos.

En las segunda y tercera planas priman las noticias de carácter local: accidente del motociclista Adolfo Sáenz de Miera contra un auto, caida del precio del trigo pero no del pan, proyecciones cinematográficas, actuación del cuarteto "Esla"... y provincial, destacando la corresponsalía desde Villamañán a cargo de L. Rodríguez.

Sobre todo en la tercera y cuarta planas de
EL PROGRESO aparecen los anuncios comerciales, literarios o insertos en las propias columnas, como los siguientes:
  • Nuevo comercio de tejidos y paquetería de Pedro Santos Millán en la rinconada del Ayuntamiento.
  • Tintorería moderna Miguel Prádanos en Medina de Rioseco con sucursal en Valencia de Don Juan, calle de la Barrera nº 9.
  • Ebanistería, carpintería y funeraria de Julián Martínez, en Villamañán.
  • Antonio Montero, fábrica de estuches azucareros en Valladolid.
  • Manuel Sánchez Guerra, tienda de curtidos y venta de pieles.
O los gráficos o con amplio espacio reservado:
  • R. Vega de Gijón: ron Mulata, coñac Serres, anís Covadonga.
  • Ramón Alcón, calle Mayor nº 2: quincalla, paquetería y ferretería "gran surtido en calzado, camisería y sombreros".
  • Ladislao Vecino, cosechero sucesor de Pedro vecino, marca registrada "Prieto picudo".
  • Víctor Sáenz de Miera: quincalla, paquetería, ferretería, loza, cristal y lampistería "subalterna de la compañia arrendataria de tabacos".
  • Gran Hotel Guerrilla "edificio construido espresamente para este objeto".
  • Eliseo Ortiz, sucesor Anastasio Ortiz, calle Alonso Castrillo nº 8: comercio de tejidos del reino y extranjeros, especial en el ramo de pañería y almacén de hierro.
  • Caleras Bercianas: despacho de José Vidal Méndez o Eugenio Castañeda a las cuevas (Barrio Nuevo) de Valencia de Don Juan.

EL PROGRESO también aporta información mercantil local, recogiendo los precios de cereales y otros géneros:
  • Trigo: 69 reales la fanega.
  • Cebada: 39 reales la fanega.
  • Centeno: 48 reales la fanega.
  • Avena: 30 reales la fanega.
  • Alubias: 205 reales la fanega.
  • Grabanzos: 250 reales la fanega.
  • Patatas: 10 reales la arroba.
  • Huevos: 12 reales la docena.

Las autoridades locales también utilizaron las páginas de
EL PROGRESO para anunciar sus acuerdos, como el que publica el alcalde Juan García Otero relativo a la creación de un Mercado de Ganado Lanar todos los jueves del año desde el 20 de octubre de 1921 "en la plaza de los aliados, hoy Eliseo Ortiz, con la calle del Palacio y de la Barrera".

Nos encantaría recibir comentarios o correos si algún lector posee algún otro ejemplar de
EL PROGRESO u otros periódicos coyantinos. Nuestra intención es digitalizar el mayor número de ejemplares para colgarlos en internet y facilitar su consulta a cuantos investigadores y personas estén interesados. Agradeceríamos por ello su colaboración.

NOTA: si alguien desea recibir digitalizado el nº 1 de
EL PROGRESO puede solicitárnoslo mediante e-mail a revilla.coyanza@gmail.com

domingo, 24 de abril de 2011

Descripción de un pendón en Valencia de Don Juan hace casi 400 años

Los archivos históricos son fuente inagotable de sorpresas. Por ello, no desisto en continuar alentando a nuestras autoridades para que promuevan espacios e instituciones locales en las que se conserven y cataloguen convenientemente nuestros viejos documentos, fotografías, libros, periódicos… No sólo los que tienen cientos de años, sino también los de hace pocas décadas e incluso los actuales, pues llegará el día en el que los investigadores se interesen por ellos. Yo personalmente, y a buen seguro que otras muchas personas también lo harían, me ofrezco para colaborar en la creación y gestión de un llamémosle “Centro de Estudios Coyantinos” con dichas funciones.

Pero no era este el objetivo de mi escrito, aunque no quiero dejar pasar la oportunidad para reivindicar esta iniciativa. Lo cierto es que durante las últimas semanas me he dedicado a investigar sobre la Semana Santa de Valencia de Don Juan y para ello he acudido a consultar la documentación que actualmente custodia el Archivo Diocesano de León. Entre los numerosos legajos correspondientes a las antiguas parroquias coyantinas, he puesto especial interés en los inventarios de las iglesias y sacristías, observando las imágenes y objetos que contenían.

Pues bien, así localicé la relación hecha a comienzos del siglo XVII por el sacristán Gaspar Martínez: “Ynuentario De los bienes, plata, tapices, Hornamentos, frontales, sedas y Ropa blanca y Otras cosas que están en la sacristía de la iglesia mayor de Nuestra S(eñora) del castillo biejo desta villa de Val(encia) de Don Ju(an)…” [AHDL, Fondo Parroquial, caja 6222].

Entre otros muchos objetos, dicho inventario fechado el 2 de febrero de 1614, recoge la existencia de un pendón e incluso nos aporta la siguiente descripción del mismo:

[...] Yten un pendón de damasco blanco y azul

con un castillo a un lado bordado de brocado

al otro lado una Madre de Dios con dos ánge-

les y una corona de lo mismo que el castillo. Ha

de dar q(uenta) Luis de prados Sacristán y sus herederos

de la ymagen de N(uestra) S(eñora) [...]

Esta referencia, aunque nos hubiese gustado que fuese todavía más detallada, es breve pero no escasa, teniendo en cuenta que estamos ante una relación de bienes. No sólo nos dice los colores del pendón, sino que también nos aporta los elementos figurativos que contenía y los materiales con que estaba realizado.

Así, nos encontramos hace casi 400 años con la existencia de un pendón de damasco, un rico tejido que destaca por los dibujos que pueden crearse combinando los brillos y mates de la trama y la urdimbre. En cuanto a los colores, constata el blanco y el azul, gamas también presentes en otros históricos pendones leoneses de la ribera del Esla. Con ello, nos aventuramos a opinar que estos colores son los que han propiciado la actual configuración de nuestro pendón, blanco y púrpura, pues desconocemos la intensidad y tonalidad del azul original pero evidentemente no hay mucha diferencia con las distintas pigmentaciones violáceas y bien pudo darse una sustitución progresiva o una variación por aproximación.

Sobre estos posibles cambios no tenemos por el momento noticias, aunque sí podemos decir que en el documento que estamos citando existen notas marginales datadas en 1632, una de las cuales alude al pendón diciendo “Consumiose. Ha de dar q(uenta) Gaspar del castillo”. Por tanto hay que darlo por perdido en esa fecha, aunque lo lógico es que con posterioridad se encargara un nuevo pendón.

Volviendo a la descripción de 1614, hemos de destacar las figuras que aparecen sobre el paño, por el total desconocimiento que sobre ellas teníamos hasta el momento. En primer lugar se cita un castillo, del que no se nos ofrecen más detalles salvo su ejecución en brocado, que interpretamos como realizado con tela de seda entretejida con hilos de oro. Al lado opuesto y del mismo material, una Virgen flanqueada por dos ángeles y tocada con corona, cuya disposición podría ser muy similar a la pintada en 1687 por Miguel de Ferreras (cuadro que cuelga hoy de los muros de nuestra iglesia de los Agustinos): la pareja de ángeles sustentando la corona real sobre la cabeza de la Virgen, una mera hipótesis que planteo por mi parte. De confirmarse, la imagen de la “Madre de Dios” que reproduciría el pendón sería la de la propia patrona de la villa, la Virgen del Castillo.

Cuadro de la Virgen del Castillo de Valencia de Don Juan pintado por Miguel Ferreras en 1687

Gracias a este documento podemos por tanto reconstruir uno de los principales símbolos de Valencia de Don Juan hace cuatro siglos, su pendón. Lamento que el hallazgo de la referencia lo haya tenido ahora, apenas unos meses después de haber confeccionado un nuevo estandarte por parte del Ayuntamiento, que ya en noviembre de 2006 pedía colaboración a este respecto (ESLA nº 281, p. 7). Deseo que este escrito se interprete como una contribución a la recuperación de la Historia local y no como una crítica a la carencia de documentación para realizar el actual pendón. Sí reprobé en su día la materialización de una bandera municipal erróneamente basada en la pendoneta y carente del obligado y pertinente estudio (ESLA nº 320, febrero 2010, p. 26).

Termino reiterando las palabras con que iniciaba este escrito: sería necesario y positivo para muchos ámbitos que desde el Ayuntamiento se promocionase o al menos se facilitase a las asociaciones y/o colectivos interesados la posibilidad de aumentar las investigaciones serias y rigurosas sobre nuestro pasado. Por mi parte, la mano queda tendida y mi compromiso queda de manifiesto con esta colaboración, que se suma a otras anteriores.


NOTA: Este artículo fue publicado en la revista ESLA número 332 (marzo de 2011), página 21, aunque apareció con varios errores y erratas que requerirán de un texto aclaratorio en el próximo número. Así pues, aquí pueden leer el artículo tal cual lo enviamos a dicha revista.

martes, 1 de marzo de 2011

Nuevo uso para el viejo almacén del Tren Burra. Herencia ferroviaria coyantina (III): las cocheras


El conjunto de la antigua estación del tren secundario o de vía estrecha en Valencia de Don Juan está recibiendo una importante intervención actualmente.

Las viejas cocheras donde descansaban los elementos móviles de la compañía "Ferrocarriles Secundarios de Castilla" se están transformando interiormente para acoger en el futuro las instalaciones del Centro Innovador de Acción Social.


Tales cocheras, inauguaradas como el resto de la línea ferrea el 30 de abril de 1915, ven de nuevo un cambio de uso que le haga perpetuarse en el tiempo. Tras el cierre del transporte ferroviario en la década de 1960, a finales del siglo XX las dependencias coyantinas fueron adquiridas a FEVE por el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan y acogieron una Escuela Taller y distintos Talleres de Empleo, entre otras utilidades municipales.

Ahora, el edificio casi centenario pasará a tener nuevamente el dinamismo de un edificio público. S
egún indica el cartel informativo de la obra, el nuevo Centro Innovador de Acción Social coyantino será una realidad en mayo gracias a la cofinanciación de 255.430,14 € por parte de la Diputación de León, el FEDER y el Ministerio de Administraciones Públicas.

sábado, 26 de febrero de 2011

Un estudio de filosofía médica del que fuera cirujano de Valencia de Don Juan en 1866


Esta semana en los archivos nos hemos encontrado la sorpresa del testamento de Miguel González González, vecino de Valencia de Don Juan, casado, de 46 años y médico-cirujano en nuestra villa en 1866, fecha en que testa.

Al mostrar sus voluntades dice que al fallecer quiere que su cuerpo "se amortage con pantalón, chaleco y gaván negro, medias y zapatos" (cita literal que a buen seguro les gustará nuestros amigos del MITLE). Pero a continuación añade que "deja encargado de todo lo que se relaciona con la espedición, recaudación y demás de la obra que ha publicado el otorgante titulada Estudios prácticos de Filosofía Médica a su referido hermano D. Celestino González como más inteligente en la materia".

Efectivamente hemos rastreado esta obra y la hemos encontrado a disposición de todos en la Biblioteca Digital de Castilla y León (debajo enlazamos a la misma). Como bien recogía su testamento, se trata de la obra titulada Estudios prácticos de filosofía médica publicada por Miguel González y González en el establecimiento tipográfico de la Viuda é Hijos de Miñon (León) el año 1856, cuando era médico titular de la localidad berciana de Corullón.

Diez años más tarde Miguel González y González era médico-cirujano de Valencia de Don Juan. Sin duda debió ser un personaje importante para nuestra localidad, donde no sabemos si finalmente acabó sus días. Lo cierto es que sus estudios han pasado a la posteridad gracias a la publicación que realizó en base a sus experiencias médicas a mediados del siglo XIX.

Enlace para ver el libro:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/busqueda_referencia.cmd?posicion=1&idValor=49083&forma=ficha&id=1464

miércoles, 23 de febrero de 2011

Los molinos coyantinos, publicados en las actas del 7º Congreso Internacional de Molinología


El cartero nos acaba de entregar el paquete con el libro de actas del 7º Congreso Internacional de Molinología, celebrado en Zamora entre los pasados 18 y 20 de marzo de 2010 bajo el lema "La defensa de nuestro patrimonio". En primer lugar queremos dar públicamente la enhorabuena a Félix Pinto Martín, presidente del comité organizador del congreso, pues las actas recogen en sus 695 páginas el magnífico bagaje reunido en dichas jornadas.

Para la localidad de Valencia de Don Juan, este congreso ha significado un antes y un después en cuanto a la investigación y valorización de sus molinos. A él acudimos con tres comunicaciones en las que recogemos las noticias más importantes recopiladas hasta el momento sobre los artefactos de molturación documentados en esta histórica villa de la ribera del río Esla.

Quizá la menos alusiva a Valencia de Don Juan sea la comunicación titulada "El aprovechamiento molinero de los saltos del primitivo Canal del Esla (1857-1967) entre las provincias de León y Zamora" (páginas 536 a 547 del libro de actas), que escribimos junto a Aurora Rodríguez Costilla y Susana Barbeito Pérez. Si bien, esta importantísima obra hidráulica, el Canal del Esla, tuvo una singular trascendencia para los molinos coyantinos, ocasionando su decadencia o esplendor (Molino de las Puentes).

El último artefacto citado es uno de los protagonistas de la comunicación titulada "Un molinar de origen medieval: el cauce de los molinos de Valencia de Don Juan (León)" (páginas 485 a 496 del libro de actas) en el que abordamos la historia de dicha presa molinera, con sus azudes o puertos y centrándonos especialmente en sus molinos (Baeza, 3 de Valencia de Don Juan -uno en término de San Millán-, 2 de Toral de los Guzmanes y 1 en Algadefe-Villarrabines), haciendo mención también del pisón, batán o fábrica de curtidos de Valencia de Don Juan (situado entre el molino de Arriba y el de en Medio, documentada en 1860 por la venta que de ella hacen José, Tomás y Andrés de la Puerta al francés Jean Baptiste Dainciart, vecino de Villalón de Campos.

Por último, en la comunicación titulada "Los molinos de la margen izquierda del río Esla sobre la presa de Rodrigo Abril y San Marcos" (páginas 416 a 427 del libro de actas) hacemos también un recorrido desde los azudes hasta su desembocadura a los pies del castillo coyantino, pasando por los molinos de Villacelama (en cauce propio diferenciado), el molino-aserradero de Villanueva de las Manzanas, la fábrica de harinas de Palanquinos, los molinos de Campo y Villavidel, los molinos de Cabreros del Río, los molinos de Fresno de la Vega y el molino-hidroeléctrica de la Berjona o Pallarés en Valencia de Don Juan.

Si alguien está interesado en profundizar en la lectura de dichos artículos le emplazamos a que nos escriba un correo electrónico y encantados le facilitaremos los textos publicados así como otras noticias o referencias que hayamos podido localizar a posteriori.