domingo, 24 de abril de 2011

Descripción de un pendón en Valencia de Don Juan hace casi 400 años

Los archivos históricos son fuente inagotable de sorpresas. Por ello, no desisto en continuar alentando a nuestras autoridades para que promuevan espacios e instituciones locales en las que se conserven y cataloguen convenientemente nuestros viejos documentos, fotografías, libros, periódicos… No sólo los que tienen cientos de años, sino también los de hace pocas décadas e incluso los actuales, pues llegará el día en el que los investigadores se interesen por ellos. Yo personalmente, y a buen seguro que otras muchas personas también lo harían, me ofrezco para colaborar en la creación y gestión de un llamémosle “Centro de Estudios Coyantinos” con dichas funciones.

Pero no era este el objetivo de mi escrito, aunque no quiero dejar pasar la oportunidad para reivindicar esta iniciativa. Lo cierto es que durante las últimas semanas me he dedicado a investigar sobre la Semana Santa de Valencia de Don Juan y para ello he acudido a consultar la documentación que actualmente custodia el Archivo Diocesano de León. Entre los numerosos legajos correspondientes a las antiguas parroquias coyantinas, he puesto especial interés en los inventarios de las iglesias y sacristías, observando las imágenes y objetos que contenían.

Pues bien, así localicé la relación hecha a comienzos del siglo XVII por el sacristán Gaspar Martínez: “Ynuentario De los bienes, plata, tapices, Hornamentos, frontales, sedas y Ropa blanca y Otras cosas que están en la sacristía de la iglesia mayor de Nuestra S(eñora) del castillo biejo desta villa de Val(encia) de Don Ju(an)…” [AHDL, Fondo Parroquial, caja 6222].

Entre otros muchos objetos, dicho inventario fechado el 2 de febrero de 1614, recoge la existencia de un pendón e incluso nos aporta la siguiente descripción del mismo:

[...] Yten un pendón de damasco blanco y azul

con un castillo a un lado bordado de brocado

al otro lado una Madre de Dios con dos ánge-

les y una corona de lo mismo que el castillo. Ha

de dar q(uenta) Luis de prados Sacristán y sus herederos

de la ymagen de N(uestra) S(eñora) [...]

Esta referencia, aunque nos hubiese gustado que fuese todavía más detallada, es breve pero no escasa, teniendo en cuenta que estamos ante una relación de bienes. No sólo nos dice los colores del pendón, sino que también nos aporta los elementos figurativos que contenía y los materiales con que estaba realizado.

Así, nos encontramos hace casi 400 años con la existencia de un pendón de damasco, un rico tejido que destaca por los dibujos que pueden crearse combinando los brillos y mates de la trama y la urdimbre. En cuanto a los colores, constata el blanco y el azul, gamas también presentes en otros históricos pendones leoneses de la ribera del Esla. Con ello, nos aventuramos a opinar que estos colores son los que han propiciado la actual configuración de nuestro pendón, blanco y púrpura, pues desconocemos la intensidad y tonalidad del azul original pero evidentemente no hay mucha diferencia con las distintas pigmentaciones violáceas y bien pudo darse una sustitución progresiva o una variación por aproximación.

Sobre estos posibles cambios no tenemos por el momento noticias, aunque sí podemos decir que en el documento que estamos citando existen notas marginales datadas en 1632, una de las cuales alude al pendón diciendo “Consumiose. Ha de dar q(uenta) Gaspar del castillo”. Por tanto hay que darlo por perdido en esa fecha, aunque lo lógico es que con posterioridad se encargara un nuevo pendón.

Volviendo a la descripción de 1614, hemos de destacar las figuras que aparecen sobre el paño, por el total desconocimiento que sobre ellas teníamos hasta el momento. En primer lugar se cita un castillo, del que no se nos ofrecen más detalles salvo su ejecución en brocado, que interpretamos como realizado con tela de seda entretejida con hilos de oro. Al lado opuesto y del mismo material, una Virgen flanqueada por dos ángeles y tocada con corona, cuya disposición podría ser muy similar a la pintada en 1687 por Miguel de Ferreras (cuadro que cuelga hoy de los muros de nuestra iglesia de los Agustinos): la pareja de ángeles sustentando la corona real sobre la cabeza de la Virgen, una mera hipótesis que planteo por mi parte. De confirmarse, la imagen de la “Madre de Dios” que reproduciría el pendón sería la de la propia patrona de la villa, la Virgen del Castillo.

Cuadro de la Virgen del Castillo de Valencia de Don Juan pintado por Miguel Ferreras en 1687

Gracias a este documento podemos por tanto reconstruir uno de los principales símbolos de Valencia de Don Juan hace cuatro siglos, su pendón. Lamento que el hallazgo de la referencia lo haya tenido ahora, apenas unos meses después de haber confeccionado un nuevo estandarte por parte del Ayuntamiento, que ya en noviembre de 2006 pedía colaboración a este respecto (ESLA nº 281, p. 7). Deseo que este escrito se interprete como una contribución a la recuperación de la Historia local y no como una crítica a la carencia de documentación para realizar el actual pendón. Sí reprobé en su día la materialización de una bandera municipal erróneamente basada en la pendoneta y carente del obligado y pertinente estudio (ESLA nº 320, febrero 2010, p. 26).

Termino reiterando las palabras con que iniciaba este escrito: sería necesario y positivo para muchos ámbitos que desde el Ayuntamiento se promocionase o al menos se facilitase a las asociaciones y/o colectivos interesados la posibilidad de aumentar las investigaciones serias y rigurosas sobre nuestro pasado. Por mi parte, la mano queda tendida y mi compromiso queda de manifiesto con esta colaboración, que se suma a otras anteriores.


NOTA: Este artículo fue publicado en la revista ESLA número 332 (marzo de 2011), página 21, aunque apareció con varios errores y erratas que requerirán de un texto aclaratorio en el próximo número. Así pues, aquí pueden leer el artículo tal cual lo enviamos a dicha revista.