jueves, 17 de septiembre de 2009

100 años de cine en Valencia de Don Juan


Artículo publicado en la revista ESLA, número 314 (agosto de 2009).

Desde que los hermanos Lumière inventaran el cinematógrafo a finales del siglo XIX el mundo contemporáneo observó un cambio radical, especialmente en cuanto al ocio se refiere. Pronto las clases acomodadas mostraron predilección por el cine. En numerosas localidades se convirtió en todo un acontecimiento el asistir a las proyecciones que se desarrollaban en los cafés y en los teatros, especialmente si alguna compañía había grabado unos metros de celuloide en el propio entorno.

Pero el cine no fue algo exclusivo de las élites. Hay que recordar que la primera grabación cinematográfica se realizó a la salida de una fábrica en Lyon (la de los propios inventores), inmortalizándose a los obreros que en ella trabajaban, en su mayoría mujeres.

Desde pronto el cine se popularizó. Las comisiones de festejos solían programar proyecciones en las ferias y fiestas de las localidades más importantes. Ello se efectuaba generalmente en barracas temporales de madera o lona instaladas a tal efecto, aunque los teatros estables también sirvieron para ello y fueron el lugar donde acabaron haciéndose habituales las sesiones de cine. Así sucedió en León el 5 de mayo de 1900, cuando en el Teatro Municipal tuvo entonces lugar la primera proyección provincial del cinematógrafo de Lumière.

En Valencia de Don Juan la referencia más antigua que tenemos constatada hasta el momento nos lleva justo ahora un siglo atrás. Y es que para los días 12 y 14 de septiembre del año 1909 la comisión municipal de festejos programó varias proyecciones cinematográficas gratuitas en nuestra villa, enmarcadas en los actos con motivo de las ferias y fiestas patronales.

La escueta nota corresponde al Diario de León y no aporta muchos más detalles, si bien podemos entender que se trataba de un cinematógrafo ambulante. Sí menciona que aquellas proyecciones mudas estuvieron amenizadas por la Banda de Música del Hospicio de León. Lamentablemente, la pérdida de los libros de actas municipales de nuestro archivo consistorial para aquellas fechas nos impide poder conocer con mayor profundidad cómo se desarrolló aquel bautismo cinematográfico y cuáles fueron las primeras películas que disfrutaron los coyantinos.

Meses después sería el Teatro Coyanza el espacio donde de manera permanente se instalara un proyector de cine. En aquel añorado local, otra víctima más de la incultura y la piqueta, los filmes eran acompañados por la música interpretada por miembros de la Sociedad Filarmónica, grupo que posteriormente daría lugar a la Banda Municipal. Observamos pues una clara relación entre la aparición de la agrupación musical coyantina y el éxito del cinematógrafo.

La consolidación definitiva del séptimo arte en Valencia de Don Juan se produjo a finales de los años cuarenta del pasado siglo, con la construcción del Cinema Ortiz en la plaza del Salvador. Como su propio nombre indica, se trató de un edificio realizado expresamente para la proyección cinematográfica. Fue una obra proyectada por el arquitecto Luis Aparicio Guisasola y realizado por el contratista Mariano Díez. El encargo lo realizó en 1948 Teresa Ortiz Valbuena, hija del empresario harinero coyantino Anastasio Ortiz García, alcalde de la villa entre 1929 y 1930.

Se materializó un edificio serio al exterior, propio de la arquitectura racionalista del momento. Los espacios interiores se destinaban principalmente a vestíbulo de entrada, taquillas, sala de espera (lateral derecho, con bar y aseos) y sala de butacas con capacidad para 732 espectadores. Sobre la zona de recepción se emplazaba la cabina, donde operaba un proyector Philips modelo FP-7. La decoración interior era más profusa, estando realizada con escayolas en forma de cornisas, cenefas y florones.

En la inauguración de esta sala, acaecida el 19 de marzo de 1949, se proyectó la película La Reina de Cobra (Robert Siodmak, 1944). Con el paso de los años cambiaría de titularidad y tendría una importante reforma en el año 2001, pasando entonces a denominarse Multicines Coyanza, ya que además de la sala de proyecciones existente desde la apertura del cinematógrafo se quiso habilitar una segunda de menor tamaño. Nuestro cine local se colocó entonces nuevamente a la vanguardia de otras salas, con una pantalla de mayores dimensiones, cómodas butacas y espléndido sonido envolvente. Lamentablemente los coyantinos sólo pudimos disfrutar de ello hasta 2006, año en que cerró sus puertas [Nota posterior: afortunadamente Multicines Coyanza reabrió en 2012, gracias a lo cual actualmente podemos seguir disfrutando de su cartelera].


A lo largo de estas décadas, Valencia de Don Juan también ha visto nacer a un director de cine bien conocido en el ámbito de habla hispana: José María Gutiérrez Santos (1933-2007). Formado en Salamanca y París, comienza a trabajar como realizador en TVE. En los años sesenta dirige sus primeros cortometrajes, logrando un prestigioso premio en la SEMINCI de Valladolid y la nominación en Cannes con El triunfo de la muerte (1969), inspirada en la vida del Arcipreste de Hita.

José Mª Gutiérrez inicia entonces un periodo como adjunto en la dirección de varios largometrajes hasta que en 1975 logra dirigir su propia película, adaptando nada menos que la novela Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa, con quien tenía una gran amistad forjada en su etapa parisina. El éxito lo alcanzaría con su segundo largometraje, ¡Arriba Hazaña! (1977), protagonizado por Fernando Fernán Gómez y José Sacristán, logrando una importante taquilla en buena medida por las fuertes críticas que recibió
desde los sectores más inmovilistas del languideciente franquismo.

Dos películas suyas fueron también Pepe no me des tormento (1981) y Los Autonómicos (1982), comedia esta última interpretada por Antonio Ozores y Juanito Navarro, entre otros. Desde entonces, el coyantino Gutiérrez Santos regresó a TVE, ligándose a las direcciones de series. La muerte le sobrevino a los 74 años en Argentina.

Para terminar con este fugaz recorrido por la memoria cinematográfica local queremos hacer una propuesta a nuestros dirigentes. Como conmemoración de la efeméride que hemos aportado al comienzo: los cien años de proyecciones en Valencia de Don Juan (1909-2009), considero que de cara a las próximas fiestas patronales se podrían ofrecer de manera gratuita varias proyecciones cinematográficas.

Entre ellas, durante la tarde del día 12 de septiembre, por ser el día del centenario, podría programarse la reposición de alguno de los filmes dirigidos por José María Gutiérrez Santos. Ello considero que sería un perfecto homenaje tanto al séptimo arte como a nuestro ilustre convecino, al que todavía no hemos reconocido pública y oficialmente de ninguna manera. También contribuiría a paliar la actual privación de la actividad permanente de un cinematógrafo en nuestra localidad. Simplemente es una idea.

Javier Revilla Casado

domingo, 7 de junio de 2009

Solar de Santo Domingo (10): arqueología (Diario de León)

Fueron arrojadas allí por la empresa encargada de «vaciar» el Castro Coviacense antes de que la Comisión de Patrimonio rectificara y decidiera protegerlo

Un grupo de ciudadanos anónimos de Valencia de Don Juan son los verdaderos protagonistas de esta historia. Se habían movilizado a raíz de la insólita autorización de la Comisión de Patrimonio -”hecha pública a principios de julio del año pasado-” que daba luz verde a la construcción de un edificio de viviendas en Valencia de Don Juan, en el mismo solar que, según todos los indicios, escondía el conocido como Castrum Coviacense , el asentamiento que había dado origen y nombre ( Coyança , Coyanza en la Edad Media, y también hoy) a esta ciudad leonesa de la ribera baja del Esla.

Denunciaron el caso, presentaron escritos ante la administración autonómica solicitando la paralización inmediata de las obras, expusieron a la opinión pública la importancia que para Valencia y para todo León podía tener esta población de resonancias romanas y prerromanas... y, mientras tanto, la empresa encargada de construir el edificio ya había comenzado a excavar el solar y a arrojar parte de su contenido a una escombrera próxima. Los miembros de este grupo, alertados, acudieron al lugar y allí mismo recogieron de entre la inmundicia una enorme cantidad de piezas arqueológicas, algunas de indudable valor histórico: «Llenamos varias cajas con ellas, aproximadamente habría unas 400, de todo tipo. Cerámica de terra sigillata romana, fragmentos de apariencia medieval, restos de la Edad del Hierro, monedas, y elementos metálicos entre los que destaca un bocado de caballo, de bronce, que nos parece claramente de época romana. Llegamos a llenar dos furgonetas enteras con las piezas», informó a este periódico uno de los integrantes del grupo, entre los que se encuentran profesores e historiadores.

Las piezas fueron trasladadas inmediatamente al Museo de León, donde se procedió a su estudio y catalogación. Según explicó el viernes Luis Grau, director del centro, el problema está en que estos heterogéneos objetos hayan sido arrancados «de su contexto arqueológico», lo cual hace difícil establecer su antigüedad de manera precisa. «Encontrar una pieza en su yacimiento o tirada en una escombrera es tan diferente como el día y la noche», dijo. Grau recordó asimismo que los objetos han sido puestos a disposición de la empresa que se encarga del estudio del yacimiento, pues la comisión rectificó después y ordenó que se conservara.

Origen de la actual Valencia de Don Juan

El yacimiento es el epicentro histórico de la actual Valencia de Don Juan: un castro documentado desde la Edad del Bronce, con gran importancia en las dos edades del Hierro y la época romana, y donde se construyó la fortaleza previa al actual castillo, del cual dista unos 200 metros. Este solar, además, lindaba con el antiguo convento de Santo Domingo, del siglo XIV, y con la histórica iglesia de Santa María, donde probablemente se reuniera el medieval Concilio de Coyanza, en el que se formalizó una reforma del culto que fue clave para toda España.



El yacimiento, sin protección alguna, se está deteriorando

La Comisión de Patrimonio había dado «marcha atrás» a finales del mes de julio del año pasado, ordenando la paralización de la obra y la excavación y estudio del yacimiento, pero, por el momento, nada se ha hecho. El solar no registra movimiento alguno y lo que es peor, hasta el momento no ha sido protegido de ninguna manera, por lo que la meteorología lo está dañando seriamente, según ha informado un miembro del citado grupo desde Valencia de Don Juan.

Tras la paralización de la obras, las evidencias arqueológicas dieron la razón a los defensores del castro: en su excavación previa apareció un foso de hace 2.800 años que constituye la única construcción amurallada de la Edad del Hierro que se explora en la meseta (alcanzó los 500 habitantes y llegó a abarcar unas doce hectáreas), así como potentes cimientos romanos de piedra que indican la presencia de un gran edificio público.

domingo, 17 de mayo de 2009

Los puentes sobre el río Esla en Valencia de Don Juan

Ya mencionamos con ocasión de la destrucción de “Los pilares” las citas de numerosos autores, postulando las evidencias de un puente romano sobre el río Esla a la altura de nuestra localidad (ver entradas).

En el siglo XV un documento del Archivo Parroquial de Valencia de Don Juan (fechado el 17 de mayo de 1447) habla de “la puente nueva”, posiblemente en referencia al puente antiguo de época romana, visigoda o románica.

Llegamos así hasta el siglo XIX, durante todo este tiempo el río se pasó a pie en verano, aprovechando el vado natural, o bien por medio de la barca de maromas instalada a la altura del Vergel. Dicha precariedad trató de solucionarse con la construcción de nuevos puentes más estables.

- Puente decimonónico de madera

Entre 1853 y 1855 se construyó un puente de ocho ojos con luces entre 14 y 16,50 m., apoyado en siete pilares de sillares de piedra sobre los que se disponía una plataforma de madera. Este puente estaba situado unos pocos metros aguas arriba del actual. Fue financiado por el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan por medio de la subasta de fincas comunales. Se desconoce la autoría del proyecto, pero la dirección de las obras corrió a cargo de Aquilino Rueda y el contratista fue Manuel García Castañón. A pesar de ser continuamente reparado, sus defectos constructivos hicieron inviable su mantenimiento.

- Proyecto de puente metálico (1898)

Inicialmente se pensó en reaprovechar las pilas y estribos del puente anteriormente indicado, sustituyendo los elementos de madera por otros metálicos, pero una vez vistas sus deficiencias se optó por construir un puente completamente nuevo. En 1898 se realiza el proyecto de José María Rodríguez Balbuena, quien plantea un puente de tres tramos metálicos tipo Bow-String de 38,90 m. de luz sobre pilas y estribos de sillares de piedra.

- Puente de hormigón armado 1904-1910

El proyecto de 1898 no se materializó ya que la Dirección General de Obras Públicas prefirió convocar un concurso para realizar un puente de hormigón armado.

El ganador fue el ingeniero José Eugenio Ribera Dutasta (1864-1936), que en 1904 presentó un puente de cuatro bóvedas escarzanas de 33 m. de luz y 3,3 m. de flecha, íntegramente de hormigón armado, sobre pilas y estribos de sillería y mampostería hidráulica cimentadas por cajones de hormigón armado hincados mediante aire comprimido.

Se trató de un sistema muy innovador, ya que sería en el puente de Valencia de Don Juan donde por primera vez se utilizara en España. Las obras comenzaron en 1905 finalizándose en 1910.

José Eugenio Ribera fue un ingeniero de caminos, canales y puertos que comenzó construyendo puentes metálicos, conforme a la tecnología más habitual del momento. Pero pronto se interesó en el hormigón armado, contactando con el belga Hennebique, e introduciendo su sistema constructivo en España. Posteriormente creó su propio "Sistema Ribera" de construcción con hormigón armado, siendo el puente coyantino una de sus mejores obras.

De ello se enorgullecía el propio Ribera en un artículo publicado por él mismo en la Revista de Obras Públicas el 17 de marzo de 1910 (ver), donde describe su obra e inserta fotografías del proceso constructivo.

El puente se conserva en la actualidad, aunque fue ampliado hacia 1990 por el ingeniero Juan José Arenas. Su intervención ocultó la magnífica obra de Eugenio Ribera, pero que tiene un carácter reversible y en algún momento podría construirse un nuevo puente y recuperarse el original, muy valioso desde el punto de vista de la historia de la tecnología y de la obra pública española.

- Pasarela peatonal

Inaugurada el año 2005. Se ancla sobre estribos de hormigón y está realizada enteramente en metal.

domingo, 26 de abril de 2009

Herencia ferroviaria coyantina (I): la estación


Comenzamos con esta entrada una sucesión de artículos referidos al querido «tren burra» que surcó los campos de la Tierra de Campos castellano-leonesa y que en nuestra localidad tuvo una importante influencia.

Se trató de un ferrocarril de vía estrecha, correspondiente a la compañía Ferrocarriles Secundarios de Castilla, que con anterioridad ya poseía líneas que unían Valladolid con Medina de Rioseco (1884) y Palencia con Villalón de Campos (1912).

En 1909 se anunció la construcción de una nueva línea que uniera la vallisoletana Medina de Rioseco con la leonesa Palanquinos, pasando por Villanueva del Campo, Valderas y Valencia de Don Juan como principales estaciones. Para su materialización se contó con la importante influencia del político liberal valderense Demetrio Alonso Castrillo, que el 2 de enero de 1911 era nombrado Ministro de Gobernación.

En 1912 dieron comienzo las obras de explanación. La terminación de la línea se efectuó en 1915, inaugurándose el 30 de abril como se recuerda en una calle de Valderas, denominada con esta histórica fecha. En Valencia de Don Juan el ayuntamiento lo conmemoró con reparto de bacalao y arroz entre los más desfavorecidos.

La línea definitiva unió las siguientes localidades: Medina de Rioseco, Palazuelo de Vedija, Villamuriel de Campos, Barcial de la Loma, Castroverde de Campos, Villanueva del Campo, Roales de Campos, Valderas, Campazas, Castrofuerte, Valencia de Don Juan, Fresno de la Vega, Gigosos de los Oteros y Palanquinos. En esta última estación se podía realizar transbordo a la línea ancha León-Palencia.

Varios ayuntamientos pidieron al Gobierno en 1942 la prolongación del secundario entre la estación de Palanquinos y León, enlazando en la capital provincial con la línea de vía estrecha que llevaba hasta Bilbao. Sin embargo la propuesta no prosperó.

Finalmente, el 11 de julio de 1969 los trenes circularon por última vez en esta línea secundaria, y años después se procedió al desmantelamiento de las vías, quedando abandonadas el resto de infraestructuras ferroviarias: estaciones, casillas, almacenes, puentes, etc.

A iniciativa del Ayuntamiento de Valencia de Don Juan, presidido por Alberto Pérez Ruiz, en 1992 se inició la adquisición de los mencionados edificios y terrenos a FEVE, con el objetivo de convertir el antiguo trazado férreo en Vía Verde. Así se llevó a cabo inicialmente en un trazado de escasos 3 kilómetros entre Valencia de Don Juan y la urbanización Valjunco, en el año 1993.

La idea cuajó entre otros municipios del trazado del secundario, y en 1995 la Vía Verde se amplió hasta la localidad de Castrofuerte. Ese mismo año se puso en marcha una singular marcha cicloturista con miles de participantes, que recorrieron los casi 80 kilómetros existentes entre Medina de Rioseco y Valencia de Don Juan.

Las estaciones
Encabezamos en plural, a pesar de que vamos a referirnos exclusivamente al ámbito de este blog, la estación de Valencia de Don Juan. Generalizamos porque todas las estaciones siguen el mismo proyecto y ejecución, teniendo las mismas características arquitectónicas.

De planta cuadrangular, el edificio se cimenta sobre hormigón forrado de piedra y tiene un alzado enteramente realizado con ladrillo macizo. Destacan los acabados de las esquinas y sobre todo de los vanos, con ladrillos sobresaliendo de la línea de fachadas enmarcando las carpinterías. Estos ladrillos son prensados y por ello tienen un mayor brillo y calidad respecto al resto de la construcción.

También se puso especial interés en el desarrollo de las cubiertas, a dos aguas pero escalonadas. Se realizaron con viguería de madera y tejas planas. Las piezas cerámicas más delicadas (ladrillos prensados, baldosas-mosaicos y tejas planas) fueron realizadas en la tejera de Cándido Germán (Palencia).

Incorporaron además unos interesantes guardapolvos realizados con madera calada, para destacar a las estaciones del resto de edificios (esta característica no se ha respetado en las recientes restauraciones efectuadas en casillas, letrinas y almacenes, que han incorporado también los guardapolvos decorativos eliminando con ello el objetivo inicial de hacer destacar los edificios estación).

Internamente, la estación se organizaba en tres pisos. En la planta baja a ras de suelo se ubicaban las taquillas, sala de espera para viajeros y oficinas relacionadas con las labores ferroviarias. Las plantas elevadas se reservaban a vivienda para el jefe de estación.

La estación coyantina fue restaurada en los años noventa del pasado siglo por una Escuela Taller, que la convirtió en su sede, uso que ha mantenido en repetidas ocasiones hasta la actualidad. Afortunadamente, en nuestra localidad la especulación urbanística no ha terminado con estos edificios como ha sucedido en otros lugares. Sí desapareció tristemente el destinado a letrinas, por motivos incomprensibles.

Por ello, hoy podemos seguir disfrutando de estos inmuebles, muestra de nuestro patrimonio industrial de comienzos del siglo XX. Creemos que una feliz iniciativa sería introducir en ellos un pequeño museo donde se recojan elementos ferroviarios conservados en nuestra localidad, y se dé a conocer mejor nuestro pasado relacionado con el tren secundario, ya que fue un hito importante en Valencia de Don Juan pues impulsó numerosas industrias, favoreció el transporte de mercancías y personas, dinamizó el comercio e incluso el propio desarrollo urbanístico de nuestra ciudad, ya que gracias a ello se construyó el barrio todavía hoy conocido como "de la estación".

jueves, 16 de abril de 2009

Artículo: La Flagelación de la Semana Santa coyantina

En el último número de la revista municipal «Esla», el 309 correspondiente a marzo de 2009, he publicado un artículo sobre el paso procesional de Jesús Atado a la Columna, texto que transcribo a continuación e incorporo las imágenes que en la revista no se permiten publicar:

La principal novedad de la pasada Semana Santa en Valencia de Don Juan ha sido la salida del paso conocido como La Flagelación en sus nuevas andas. Y reivindico el término “andas” pues es el que tradicionalmente hemos utilizado en León, aunque recientemente se están imponiendo otras denominaciones menos acertadas como trono o mesa. Andas, según el Diccionario de la RAE, es el tablero que, sostenido por dos varas paralelas y horizontales, sirve para conducir efigies, personas o cosas. Nada pues, más acertado y correcto.

Estas nuevas andas fueron presentadas públicamente el pasado 15 de marzo, recibiendo la bendición del párroco. Son obra de los hermanos Álvaro y Pablo Labanda Urbano, autores también de las del Nazareno. Era necesaria la mejora de la imagen del paso procesional de la Flagelación, puesto que su anterior configuración carecía de calidad estética, algo justificado por el esfuerzo que en la última década del siglo XX hizo la Hermandad Jesús de Nazaret por dotar a todos los pasos de nuevas andas de mayor capacidad, acción que se realizó con escasos recursos económicos.

Progresivamente, la Hermandad, al igual que la Cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores y Soledad, han ido introduciendo mejoras en sus pasos procesionales. Los hermanos Labanda Urbano están aportando su trabajo y dedicación en este sentido, como antaño hiciera Zacarías Pérez Fernández. A la gubia de este último se deben las actuales andas de la Dolorosa y de la Urna. En el caso de la Flagelación, la mejora cobraba mayor importancia, si cabe, al ser el paso que abre la procesión más importante de nuestra localidad, la del Santo Entierro (Viernes Santo).

Respecto a la imagen escultórica que forma parte de este paso procesional, hace justo un año colgué en internet unas líneas al respecto [http://historiavalenciadedonjuan.blogspot.com/search/label/Flagelación
]. Ampliando las mismas escribimos este artículo.

Se trata de una obra no documentada (como casi todo el patrimonio artístico de Semana Santa en Valencia de Don Juan). No se conocen, por el momento, referencias sobre el templo de procedencia de esta talla, antes de su llegada a la nueva parroquia de San Pedro. Tampoco conocemos el nombre del imaginero o del taller escultórico que la talló. Entre tantas lagunas vamos a tratar de aportar algunos aspectos.

Comenzaremos por describir. Estamos ante una imagen exenta, si bien no puede descartarse que formase parte de un grupo, pues era habitual que a la imagen de Jesucristo la acompañasen uno o varios azotadores. Sin embargo creemos en este caso se trata de una talla independiente. Por ello, su denominación más correcta es "Jesús Atado a la Columna", puesto que se nos representa a Cristo junto a una columna baja sobre la que apoya sus manos atadas por medio de una soga real.

El tamaño de la columna nos indica que la obra es posterior al Concilio de Trento (f. 1563), pues en él se tomó como original la columna trasladada en el siglo XIII a la iglesia romana de Santa Práxedes, con esas características. Anteriormente se realizaban Flagelaciones con columnas altas, siendo un buen ejemplo de ello la talla que sobre este tema podemos contemplar en el retablo coyantino del Salvador, hoy en la iglesia de San Pedro, obra renacentista de Gillermo Doncel (1543) de la cual pueden ver una magnífica fotografía en la página 6 del programa que este año ha editado la Hermandad Jesús de Nazaret.

Volviendo al paso procesional de la Flagelación, su imagen muestra a Jesucristo de pie, únicamente cubierto por un paño de pureza anudado a su lado derecho. Adelanta su pierna izquierda de modo que la separa completamente de la otra. Su cabeza se ladea hacia la derecha, creándose una leve S con todo el cuerpo, rota por los brazos y la pierna derecha. El rostro mira hacia un horizonte superior como pidiendo clemencia ante el dolor que se le está infringiendo. El cabello y la barba están tallados en la propia madera. Los ojos son de cristal.

Se trata de una talla de tamaño inferior al natural. Bien lograda en cuanto a composición, marca levemente la anatomía del cuerpo y correctamente los pliegues del paño. La mala conservación se hace evidente en la pérdida de algunos dedos de los pies, en las rajaduras en los hombros y especialmente en la suciedad que afecta a toda la imagen. Por ello estimamos que necesita imperiosamente una restauración profesional.

Actualmente la imagen no tiene culto, guardándose en la sacristía de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. Sale en procesión únicamente en Viernes Santo, siendo pujada por 44 braceros según la disposición de las nuevas andas, sobre las cuales también se colocan ahora dos columnas de sección cuadrada o pilastras.

Por último, diremos que el autor del Cristo Atado a la Columna coyantino lo hizo fuertemente influenciado por el Flagelado que hacia 1616 realizó el renombrado escultor Gregorio Fernández, obra que se conserva en la colección del Banco Hispano Americano. Posteriormente el mismo escultor de la Escuela de Valladolid realizó imágenes similares, como las del convento de la Encarnación de Madrid o la que le encargó la Cofradía de la Vera Cruz de Valladolid. En el caso de la última sabemos que su paso original se acompañaba de otras seis figuras, hoy perdidas.

Nuestra Flagelación hereda de las tallas de Gregorio Fernández la disposición del cuerpo, el tamaño y la posición de la columna. No pretendemos con ello equipararla artísticamente a dicho autor, sencillamente decimos que se trata de una imagen influida por él, circunscrita seguramente a un taller de la Escuela Castellana. En nuestra opinión, el Atado a la Columna de Valencia de Don Juan debe datarse en la segunda mitad del siglo XVII.

Con estas líneas hemos querido aportar algo más al conocimiento histórico de la Semana Santa coyantina, como ya hicimos anteriormente cuando escribimos sobre la copia de la Virgen del Camino que en 1960 realizó el imaginero Víctor de los Ríos para Valencia de Don Juan (ver ESLA nº 196, septiembre de 1999).

martes, 31 de marzo de 2009

Paco Caballero expone sus maquetas de palomares tradicionales

El ciudadano coyantino Francisco Caballero Rivera expone durante estos días una interesante muestra de 12 miniaturas de palomares tradicionales de la comarca de Valencia de Don Juan y Tierra de Campos.

La exposición, que puede verse en el escaparate de Muebles Muñoz (plaza Mayor, junto a la parroquia), presenta varios de estos elementos singulares de nuestra arquitectura popular.

De Valencia de Don Juan figuran piezas correspondientes a los palomares de "Las Piedras" (en la imagen), calle Torre del Oro, huerta de Celestino Rodríguez, "la Parva" o el del convento de los PP Agustinos.

Damos la enhorabuena a Paco Caballero por sus creaciones, pues muestran gran fidelidad a los originales, muchos de ellos hoy en un estado de lamentable ruina. Ojalá su trabajo sirva para recuperar alguno de nuestros bellos palomares.

jueves, 19 de marzo de 2009

Nuevas andas para el paso de Jesús Atado a la Columna

El pasado domingo 15 de marzo se presentaron al público las nuevas andas sobre las que a partir de ahora procesionará el paso popularmente conocido como La Flagelación.

En el acto, el párroco Salvador Valbuena procedió a la bendición de las andas, que fueron pujadas por primera vez por los 44 braceros de la Hermandad Jesús de Nazaret, al son de la banda de cornetas y tambores de la cofradía.

El próximo Viernes Santo, en el transcurso de la procesión del Santo Entierro, el nuevo paso saldrá por primera vez a las calles coyantinas. La autoría de las nuevas andas se debe a los hermanos Pablo y Álvaro Labanda Urbano. La sustitución de las anteriores se estimaba muy necesaria debido a su escasa calidad estética, algo que ya habíamos solicitado desde este mismo blog (ver entrada).


Foto presentación: Pedro Lechuga (La Crónica de León) Resto fotos: propias

jueves, 5 de febrero de 2009

Excavaciones solar Santo Domingo (9): Diario de León

Hallan en el castro coviacense un foso excepcional de hace 2.800 años


Se trata de la única construcción amurallada de la Edad del Hierro excavada de la meseta

El yacimiento aporta nuevos datos de un poblado vacceo que nació en el final de la Edad del Bronce

Cristina Fanjul para Diario de León (29/01/2009)

El Castro Coviacense de Valencia de Don Juan esconde uno de los únicos amurallamientos que se han excavado en España pertenecientes a la primera Edad del Hierro. Este es uno de los descubrimientos que se han realizado en el yacimiento encontrado en la ciudad coyantina y cuya investigación proseguirá con el fin de estudiar y documentar sucesivos hallazgos.
El director del ILC, Jesús Celis, ha asegurado que hasta el momento no se ha documentado en la meseta ningún foso de una época tan temprana (alrededor del VIII a.C) y precisa que éste tenía un sistema defensivo y delimitatorio. «Por lo que sabemos hasta el momento, los restos hallados corresponderían a un sistema de acceso al poblado, como una puerta», explica. Además, el arqueólogo añade que el sistema amurallado que existió en este poblado debió de ser construido en adobe y no en piedra.

Otras campañas
Celis hace hincapié en que el poblado de Valencia de Don Juan tuvo que ser muy importante a tenor de los restos encontrados en esta y anteriores campañas. Y es que los hallazgos hablan de que este asentamiento humano debió de surgir durante el final de la Edad del Bronce y prolongarse hasta época altomedieval, con lo que su edad podría superar los dos mil años.
Estos vestigios, excavados por la empresa Talactor, corresponderían a un asentamiento vacceo, si bien algunos investigadores lo atribuyen a un origen astur.
Hace algunos años, el propio Jesús Celis investigó los descubrimientos realizados tras la excavación en los alrededores del castillo coyantino. En la puerta de la fortaleza se encontró un gran número de cárcavas -"una especie de cortes naturales en el terreno-" que se habían rellenado con depósitos de cenizas y detritus, como huesos, cerámicas, moldes para fabricar objetos de bronce, cerámicas y un largo etcétera. Estos restos demuestran que la vida en el poblado debió de ser muy importante. Hay varios datos que así lo confirman. En este sentido, cabe destacar que la población no debió de ser inferior a los 400 habitantes, mientras que la extensión del poblado tuvo que rondar las cuatro o cinco hectáreas en la primera Edad del Hierro y entre doce y trece en la segunda. Como ejemplo, hay que subrayar que el emplazamiento del castillo formaría parte del asentamiento y se extendió hasta La Muela, que en época tardorromana se convertiría en necrópolis. Jesús Celis explica también que con toda probabilidad el éxito demográfico de este asentamiento provocó que su población original fuera también la base de poblados creados a sus expensas. Precisamente en las inmediaciones del castillo se encontraron también algunas de las mejores piezas de cerámica árabe que hoy atesora el Museo de León, que demuestra que este poblado también continuó durante la Edad Media.

Hallazgos romanos
Por otro lado, es también muy destacable la ingente cantidad de piezas que se han obtenido en la excavación actual y que pertenecen en su gran mayoría a época tardorromana. Entre ellas, cabe reseñar varios bocales de caballos. Hay que recordar que fue en la Comisión Territorial del Patrimonio reunida el martes donde se pusieron de relieve todas estos descubrimietos, resultado de las últimas investigaciones desarrolladas en torno al castrum coviacense.
En la zona, cercana al castillo, se encuentran en marcha unas obras, pero el espacio de interés arqueológico sólo es una parte del solar donde, siguiendo las recomendaciones de los técnicos, se profundizará en el análisis de los restos. No obstante, y según ha podido saber este periódico, la intención es finalizar la investigación, documentar los restos encontrados y dar luz verde a la construcción del edificio sobre el solar, que se encuentra a doscientos metros del castillo. No obstante, se desconoce de momento cuánto se prolongará la excavación en esta parcela.

lunes, 19 de enero de 2009

Las excavaciones del solar de la plaza Santo Domingo sacan a la luz el foso del poblado de la Edad de Hierro (8)

Según ha difundido esta tarde la Agencia EFE, las excavaciones arqueológicas que se han venido realizando en el solar emplazado junto a la plaza de Santo Domingo de Valencia de Don Juan, a raíz de nuestra denuncia por ubicarse sobre un yacimiento arqueológico, han dado como resultado, además de los importantes restos romanos que ya preveíamos, las evidencias del foso que circundaba el poblado de la Edad del Hierro. Importante noticia. Seguiremos informando.


Junto al castillo, un tesoro. Al menos, un tesoro patrimonial. La Comisión Territorial del Patrimonio dependiente de la Junta de Castilla y León tendrá en su poder la próxima semana todos los datos relativos al hallazgo de lo que parece ser el foso de un poblado de la Edad del Hierro, ubicado en las proximidades del castillo de Valencia de Don Juan.
Los restos vinculados a este hallazgo podrían corresponderse con un poblado de la Edad del Hierro. El hallazgo además refuerza su interés al darse la circunstancia de que sobre estos restos se encontrarían también otros más modernos, que se corresponderían con el Castrum Coviacensis, la población romana que se asentaba en esta localidad leonesa.
Las excavaciones realizadas en esta zona han permitido la localización de elementos romanos, piezas de cerámica y bronce, básicamente, de época romana tardía.

La Comisión Territorial del Patrimonio conocerá en su próxima semana los datos de las últimas investigaciones desarrolladas en las inmediaciones del Castillo de Valencia de Don Juan, donde se han hallado restos de lo que parece ser el foso de un poblado de la Edad del Hierro. Sobre estos restos se hallan también otros más modernos, que corresponden al Castrum Coviacensis, la población romana que se asentaba en lo que luego se denominó Coyanza y ahora es la ciudad de Valencia de Don Juan. En las investigaciones se han hallado bastantes elementos romanos, piezas de cerámica y bronce, básicamente, de época romana tardía. Consultado el responsable del Patrimonio de la ciudad, Mariano Fernández, este manifestó que aún no se ha dado a conocer al municipio los resultados de la excavación.

Comentario: Parece ser que don Mariano Fernández se niega a reconocer la evidencia. Teníamos razón al denunciar el inicio de la destrucción del yacimiento y una vez detenida y puestos a excavar arqueológicamente, los restos han aparecido. Esto debería significar una gran alegría para todos los ciudadanos coyantinos, incluido el concejal de Patrimonio.

sábado, 3 de enero de 2009

Excavaciones solar Santo Domingo (7): Diario de León

La excavación del castro coviacense descubre un gran edificio romano

Además de estos cimientos monumentales se han hallado grandes depósitos de tejas romanas

Patrimonio había autorizado en julio que se construyera un edificio encima, luego cambió de idea

03/01/2009 Emilio Gancedo para Diario de León

El pasado romano de Valencia de Don Juan está saliendo a la luz por vez primera. Se trata de un acontecimiento histórico, pues hasta la fecha se desconocía el emplazamiento exacto del llamado Castrum Coviacense que había dado origen y nombre (en la Edad Media, y aún hoy) a la ciudad de la ribera del Esla. Pero a punto ha estado de desaparecer por completo. La Comisión Territorial de Patrimonio, dependiente de la Junta, había autorizado en julio la construcción de un edificio justo encima, pese a los serios indicios que indicaban que en este solar ubicado a sólo 200 metros del castillo coyantino dormían los restos de la originaria Valencia de Don Juan.
Tres meses después, y a raíz de las denuncias efectuadas por el historiador Javier Revilla, publicadas por este periódico, la comisión cambió de parecer y dio luz verde a la excavación que en estos momentos encara su segunda fase. El propio Javier Revilla ha informado de que, por lo que parece observarse a simple vista (pues la Junta se ha negado a facilitar cualquier tipo de información), «se han practicado nuevamente tres catas, aproximadamente en el mismo lugar en el que llevó a cabo la primera fase». «Si en aquella ya se habían alcanzado horizontes de época romana -continúa este experto-, en ésta se constatan perfectamente los estratos de ese periodo histórico, ya que atisbamos un depósito de grandes tegulae (tejas romanas) a pocos centímetros de profundidad. Por tanto, todo lo inferior, y si la estratigrafía no ha sido alterada, entendemos que corresponde a períodos romanos más antiguos y a épocas prerromanas o protohistóricas, seguramente correspondientes a la ocupación astur-vaccea de la ciudad».
Y es que recuerda Revilla que los estratos alcanzan una gran profundidad, «con varios metros hacia abajo, cuyo final no podemos llegar a ver desde fuera del solar». «Dada dicha potencia estatigráfica, aunque carezcamos de datos sobre el tipo de materiales arqueológicos que aparecen en las sucesiones de estratos, entendemos que se estarán alcanzando horizontes culturales de gran antigüedad», dice.
En concreto, Revilla hizo hincapié en el gran edificio monumental «cuya planta cuadrangular se ha puesto en evidencia en esta segunda fase. No podemos precisar sus dimensiones al no poder acceder al yacimiento, pero son tales que afectan a dos de las tres cuadrículas de las que consta la excavación. Está construido con mampostería de piedra y probablemente corresponde a la época romana plena, ya que se sitúa bajo los muros que en la primera fase se habían documentado como tardorromanos. Bajo dicha edificación aparecen también muros de tapial y adobe».
Asimismo, ha resaltado la existencia de cenizales y basureros (algunos con varios metros de profundidad), «que seguramente están proporcionando una abundante muestra de cerámicas y restos óseos, cerámicos y metálicos».

Los vestigios confirman los datos aportados por la necrópolis de La Muela
Estos restos ofrecerán datos importantes en próximos días

El historiador coyantino Javier Revilla ha declarado su «profunda satisfacción» por el hecho de haber conseguido que se excave este solar, aunque recuerda que no toda la superficie del mismo se ha excavado arqueológicamente, lo cual, dice, «es una verdadera lástima»; no obstante, gracias a ello «han salido a la luz los primeros vestigios habitacionales correspondientes a la Coyanza romana».
Se conocía que Valencia de Don Juan había estado poblada en el período romano gracias a varias tumbas aparecidas en la necrópolis de La Muela (año 2001) y algunas lápidas con inscripciones latinas que desde la ciudad se llevaron a varios museos arqueológicos, «pero ahora, por primera vez, han aflorado restos de construcciones de aquel trascendental periodo histórico. A buen seguro que lo que no vemos o podemos interpretar a simple vista son las evidencias prerromanas y prehistóricas que con toda seguridad han aparecido a lo largo de la excavación, para lo cual tendremos que esperar al informe final de la intervención arqueológica».
Porque Revilla también ha querido denunciar que desde la Sección de Patrimonio de la Delegación de la Junta en León se le impidió consultar el informe sobre la primera fase de excavaciones, alegando que según la legislación vigente no era posible hacerlo hasta que la excavación estuviese finalizada. «No comprendo cómo, siendo los denunciantes al inicio de la destrucción de dicho yacimiento, y logrando con ello su preservación, la Junta no sólo no nos agradece tal acción sino que nos oculta la información que los estudios están proporcionando».

Comentarios:
José Luis - 03/01/2009 - 12:36:49 h.
Sr. Revilla reciba mi más sincera felicitación y creo no hace falta decirle que, los altos funcionarios no saben dar las gracias, si son políticos menos, pues suelen ser prepotentes y además estarán molestos con Ud., pues les ha hecho cambiar sus planes.En esta Comunidad tenemos lo que hemos votado.