lunes, 14 de marzo de 2016

¿Subastada otra pintura del retablo de San Juan Bautista de Valencia de Don Juan?





¿Subastada otra pintura del retablo de San Juan Bautista de Valencia de Don Juan?





Javier Revilla Casado. 11/03/2016.



En el año 2013 la Junta de Castilla y León compró la pintura «El banquete de Herodes», obra tardogótica o hispano-flamenca. Su autoría, si bien no está aclarada, se circunscribe al círculo del llamado “Maestro de Palanquinos” un artista anónimo o quizás un taller con varias manos activo a finales del siglo XV y comienzos del XVI. El cuadro fue sacado a subasta por la casa Ansorena con un precio inicial de 18.000 euros, alcanzando finalmente los 36.000 euros.


Entonces no había duda alguna de que estábamos ante una de las 12 tablas pintadas al óleos que en su día conformaron uno o dos retablos en la desaparecida iglesia de San Juan Bautista de Valencia de Don Juan. La seguridad era total ya que justamente esa escena apareció publicada en un libro del americano Chandler R. Post, habiendo sido fotografiada en su día por Winocio Testera.


Tres años después otra casa de subastas –en este caso Alcalá– puso ayer a la venta otra tabla similar y que en nuestra opinión se corresponde con otra de la docena que en su día estuvieron en Valencia de Don Juan, localidad para la que fue pintada y en la que estuvo al culto en la iglesia de San Juan Bautista. En este caso su precio de salida fue de de 9.000 euros y se remató finalmente en 22.500 euros. Desconocemos en estos momentos si el Ministerio de Cultura ejerció su derecho de tanteo a petición de la Junta de Castilla y León, como sucedió en la subasta de 2013, aunque deseamos que haya sido así.


Porque creemos estar casi seguros de que esta pintura sobre tabla fue otra de las doce que compusieron el retablo de San Juan de Valencia de Don Juan. Sustento mi aseveración en varios motivos; en primer lugar, como se observa en la fotografía que compara «El banquete de Herodes» con «San Pedro y San Juan» –título que se ha dado a este último cuadro–, resulta sorprendente la similitud de los marcos o estructuras que rodean a las respectivas tablas pictóricas. Aunque este aspecto no es concluyente, sí que es verdaderamente sugerente.


Además de dicha evidencia, hemos acudido a las descripciones que existen sobre las doce tablas que conformaron el retablo mayor de la iglesia de San Juan de Valencia de Don Juan. Quien primero habló de ellas fue D. Manuel Gómez Moreno, quien en 1925 publicó que esos 12 cuadros se dividían en “cuatro angostas, con profetas ostentando rótulos escritos”, luego otros cuatro “de 75 centímetros en cuadro, con parejas de apóstoles hasta medio cuerpo” y otras ocho restantes con escenas más complejas, entre ellas el citado «Banquete de Herodes».


Sin duda, la descripción de la tabla que ayer subastó la casa Alcalá, «San Pedro y San Juan», se corresponde con una de las cuatro “parejas de apóstoles hasta medio cuerpo” que menciona Gómez Moreno. Además, el mismo autor añade posteriormente que “Están hechas al óleo, perfiladas de oscuro, con fondos de oro grabados formando adornos góticos…”. Todo coincide con la obra en cuestión, incluso las dimensiones aproximadas, pues aunque el catálogo subastador indicaba 91 X 69 cm, entra dentro de lo descrito por D. Manuel Gómez Moreno y, sobre todo, se corresponde con que estos grupos de retratos eran algo inferiores a las ocho tablas de las escenas.


Por si lo anterior no fuera suficiente, también contamos con la descripción Chandler R. Post publicada en 1933, quien al igual que Gómez Moreno coincide al describir los dos retablos en que por aquel entonces se habían dividido las 12 tablas del altar mayor de la iglesia de San Juan de Valencia de Don Juan, indicando al respecto de la tabla que ahora nos ocupa: “four panels of paired saints in half-length comprising five Apostles, two Evangelists, and, again the Baptist”.


Fue lamentable la venta en su día de estas obras de arte, la cual se produjo de una forma poco clara y, desde luego, privativa para los parroquianos coyantinos y en general para su contemplación por toda la sociedad. Ojalá que ahora se pueda recuperar, al menos una segunda de las doce partes de aquel impresionante conjunto patrimonial, para el disfrute público de este tesoro artístico.





Fuentes:



GÓMEZ MORENO, Manuel (1925): Catálogo monumental de España. Provincia de León (1906-1908). 2 tomos. Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (Madrid).


POST, Chandler Rafton (1933): A history of Spanish painting. Volume IV, part I. The hispano-flemish style in North-Western Spain. Harvard University (Cambridge). Reedición en New York, 1970.

Sobre la tabla "El Banquete de Herodes", véase aquí: http://historiavalenciadedonjuan.blogspot.com.es/2013/11/recuperada-la-pintura-el-banquete-de.html

sábado, 23 de noviembre de 2013

Recuperada la pintura «El banquete de Herodes», que perteneció al retablo de San Juan


Una exposición temporal, titulada “Maestros recuperados: arte leonés en la encrucijada de dos épocas”, inaugurada el pasado martes y que podrá visitarse en el Museo de León hasta el 19 de enero de 2014, es el evento organizado para recibir en la provincia a tres obras pictóricas religiosas que llevaban muchos años en colecciones privadas y por tanto inaccesibles para el público general.

Uno de estos cuadros es «El banquete de Herodes», la pintura tardogótica o hispano-flamenca que en su día salió de Valencia de Don Juan, la localidad para la que fue pintada y en la que estuvo durante cuatro siglos formando parte del retablo de la iglesia de San Juan. 



Compra en subasta 
Recordarán que el pasado mes de julio saltó la noticia de que esta pintura iba a ser subastada por la casa Ansorena de Madrid.

La procedencia de la obra era hasta ahora desconocida, pero al archivero de la ULe y procurador Alejandro Valderas le resultó llamativa en el catálogo de la subasta y pensó en su posible procedencia leonesa. Cuando nos consultó, nos pusimos a investigar hasta dar definitivamente con su origen, llegando a la misma conclusión que Pedro Manuel Pérez García, conservador de los museos coyantinos.

Y es que da la casualidad de que sólo conocemos una fotografía antigua del retablo de desaparecida iglesia de San Juan de Valencia de Don Juan, y justo es de la misma tabla sacada a la venta. Antes de verla digamos que el templo donde se encontraba estaba en el lugar que hoy ocupa el edificio del supermercado "El Árbol". La iglesia, ya documentada en el siglo XII pero que tenía ampliaciones y mejoras posteriores (especialmente portadas y yeserías mudéjares) se tiró en la década de 1970, pero mucho antes se había sacado de ella el retablo compuesto por una docena de tablas con pinturas gótico-flamencas. 

En la subasta del 17 de julio de 2013 el precio de salida era de 18.000 euros, alcanzando el doble de dicha cifra tras las pujas. El Estado, ante la mediación de la Junta de Castilla y León, ejerció su derecho de tanteo y se quedó con esta obra de arte. 

Debemos reconocer, en justicia, que en este caso el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan hizo todas las gestiones necesarias para lograr que este cuadro hoy sea público y que a partir de ahora pueda contemplarse por todos los ciudadanos que lo deseen. 


Investigaciones del siglo XX 

En su Catálogo Monumental de comienzos del siglo XX fue Manuel Gómez Moreno quien primero estudió tales cuadros, atribuyéndolos a la escuela de Fernando Gallego.

Pero sería años después cuando se hizo una investigación mucho más exhaustiva de esta obra por parte del investigador norteamericano Chandler R. Post.

En su cuarto tomo de la obra A history of Spanish painting, publicada en 1933, describe la pintura objeto ahora de subasta y la atribuye a un seguidor del anónimo Maestro de Palanquinos.

Y lo que es más trascendental para el caso que nos ocupa, incluye una ilustración en la página  170 justamente de la pintura "El Banquete de Herodes". La fotografía, firmada por el leonés Winocio, es en blanco y negro, pero obviamente deja claro que es la misma tabla pictórica subastada. 

Desaparición
Se desconoce con exactitud cómo salieron de Valencia de Don Juan las 12 tablas del retablo de San Juan.

Alejandro Valderas declaró en su día al Diario de León que existe constancia de que estas piezas se quisieron vender en 1929 por 12.000 mil pesetas, pero entonces «la comisión provincial de monumentos prohibió la venta» y las pinturas se trasladaron a la parroquia de San Pedro, donde se perdió su pista y «todo hace pensar que finalmente la pieza se vendió». 
La hipótesis de su traslado a la iglesia de San Pedro está basada en lo publicado en 1948 por el cronista local Teófilo García Fernández, quien allí cita los cuadros "desmontados y arrinconados en la sacristía" (Historia de Coyanza, p. 159).
La Guía Artística de Valencia de Don Juan, de Eulogio Alonso González, impresa en 1959, ya no menciona en la sacristía parroquial de San Pedro resto alguno del retablo de San Juan.

Maestro de Palanquinos 
La llegada de «El banquete de Herodes» al Museo de León constituye una enhorabuena para todos. Algunos pedirán que vuelva a Valencia de Don Juan, pero, de momento, carecemos aquí de un lugar adecuado para mostrar permanentemente esta valiosa pieza. Si antaño hubiese prosperado la idea de convertir la iglesia de San Juan en un museo de arte sacro, hoy tendríamos sin duda un maravilloso conjunto artístico-monumental en aquel templo… pero la desidia, el abandono y la falta de recursos provocaron que aquella joya, como tantas otras, sea hoy solamente un recuerdo.

Antes de que la piqueta acabase con la iglesia de San Juan, su patrimonio mueble había sido expoliado y vendido. Así salieron de Coyanza las doce tablas que componían uno de sus retablos, sin que sepamos cómo ni a dónde fueron a parar. Una docena de cuadros pintados en el último cuarto del siglo XV, por tanto con más de 500 años de antigüedad.

Los entendidos que pudieron llegar a verlos en Valencia de Don Juan, como Gómez Moreno, asociaron su autoría al círculo del llamado “Maestro de Palanquinos” un artista anónimo o quizás un taller con varias manos activo a finales del siglo XV y comienzos del XVI.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Colegio-Seminario de los PP Agustinos (antiguo): obra del ingeniero Rogelio Cañas (1881)


Nos detenemos en esta ocasión para volver nuestra mirada al desaparecido colegio-seminario de Valencia de Don Juan. Se trata de una obra diseñada por parte de Rogelio Cañas, maestro de obras (no tuvo título de arquitecto) e ingeniero que por entonces era responsable de las instalaciones ferroviarias de las regiones de Asturias, Galicia y León. También son obras suyas, por ejemplo el Convento de Santo Domingo de León (también desaparecido) o la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de San Esteban de Nogales, entre otros.

Posiblemente el proyecto para el seminario de Valencia de Don Juan lo redactase en el año 1881, puesto que por entonces ya estaba en marcha el
desmantelamiento de los restos arquitectónicos de la antigua parroquia de Santa María, incendiada irreversiblemente en 1842. Lo cierto es que en 1881 el obispo de Astorga Mariano Brezmes Arredondo pone a disposición los capitales del testamento de Pedro José de Cea (finado en 1866 e hijo del coyantino) y se decide destinarlos a la construcción de este seminario.

En 1882 el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan, presidido entonces por Eduardo García, cede parte de los terrenos del desamortizado monasterio de Santo Domingo, entonces utilizado como cárcel pública, y el Obispado de Oviedo hace lo propio con el solar de la parroquia de Santa María. Se cederá también la iglesia de los dominicos (actual Nuestra Señora del Castillo Viejo) mientras subsista el colegio.

Las obras de construcción del seminario estaban en marcha en 1883, de hecho el día 31 de enero se puso la primera piedra. Lo conocemos bien gracias a un diario escrito por el vecino Juan Muñiz, quien con todo detalle nos relata este y otros detalles (lo recoge Tomás González Cuellas en el libro Una institución coyantina. Colegio de PP Agustinos 1884-1984).

El edificio resultante fue un rectángulo, como puede verse en la imagen aérea, adosado al Oeste a la torre de la parroquia de Santa María, único elemento que se conservó de dicha iglesia. Tenía tres alturas y un claustro central. Las divisiones -marcadas mediante cornisas-, esquinas y marcos de los accesos principales se realizaron en piedra (rescatada de la vieja parroquia así como del convento de Santo Domingo, incluso varios escudos heráldicos que se recolocaron en distintos lugares).
El resto se edificó completamente en ladrillo macizo tejero. Al interior se abría un amplio claustro. Los vanos mayoritariamente se realizaron mediante arcos de medio punto.

Fueron los Padres Agustinos quienes recibieron la cesión de dicho colegio-seminario, instalándose definitivamente en Valencia de Don Juan en octubre de 1884. Casi 130 años después la comunidad agustiniana continua su actividad en la ciudad coyantina. No subsiste sin embargo el edificio diseñado por Rogelio Cañas, pues lamentablemente* se derribó para construir el actual colegio, proyectado en 1994 por el arquitecto Julián Larrea y que hoy aloja la Hospedería Monástica 'Virgen del Castillo Viejo'.

*Según nuestra opinión personal. Conocemos que el edificio tenía serios problemas de humedades; no obstante, tratándose de una obra centenaria y de interesante factura -como muestran las imágenes- creemos que su remodelación podría haber preservado, cuanto menos, las fachadas originales.

Imágenes para el recuerdo

Huerta y fachada Norte del seminario.


Teatro del colegio-seminario coyantino.


Laboratorio de Física e Historia Natural.
Según el libro El Siglo de León corresponde al colegio de los Agustinos de Valencia de Don Juan, aunque es posible que se trate del de León ciudad. Si alguien puede identificarlo mejor, le agradecemos su ayuda.

jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Restos de la sinagoga de Valencia de Don Juan?


El derribo ayer de una edificación situada entre las calles Miguel Zaera y El Bierzo, en pleno centro urbano de Valencia de Don Juan -inmediato a la Calle Mayor-, ha dejado a la luz interesantes estructuras arquitectónicas en las que destacan dos grandes arcos de ladrillo.

Ya se conocía la existencia de estos arcos pues eran visibles en la otra parte del muro que da a un patio particular, pero estos días pueden contemplarse en toda su magnificencia, como muestran las imágenes.

Además de los arcos se observan importantes muros de cal y canto y ladrillo, además de tapial. Hacia la casa de al lado también se conoce la existencia de un arco apuntado de piedra, cuya imagen publicó Miguel Ángel Millán Abad en su Historia de Coyanza (1998, tomo I, p. 289).

Se desconoce con certeza a qué edificación pudieron pertenecer estos restos, aunque algunos autores locales (como el propio M. Á. Millán Abad) los vinculan -no sin reservas y cautela- con la importante sinagoga judía que existió en Valencia de Don Juan.

Esta mañana observaban tales vestigios el arquitecto municipal y dos policías, además de muchos vecinos de la localidad interesados por las antiguas estructuras arquitectónicas que han quedado a la luz. Desconocemos el futuro que tendrán los restos aunque consideramos que deberían ser conservados y restaurados. Para tratar de averiguar datos sobre su origen sería muy positivo realizar una excavación arqueológica financiada por las administraciones públicas.

La Sinagoga coyantina
La existencia de una importante población judía en la Valencia de Don Juan en el siglo XIV está fuera de dudas tras los estudios publicados por Justinano Rodríguez, J. I. Ruiz de la Peña, F. Cantera Burgos, José Luis Lacave y Julio Valdeón, entre otros autores.

El acontecimiento histórico más trascendental del pasado judío coyantino tuvo que ver con la incautación de su sinagoga en 1379 ya que entonces se había ampliado y mejorado tanto que era "más noble e más preçiosa que de primero era, e de mucho mayor valor que la parrocha do está situada".

Tras la confiscación ordenada por la reina Juana fue tomada por el concejo y la clerecía local, que "mandaron a los dichos judíos que sacasen de la dicha sinagoga las lánpadas e las torás e las otras cosas que tenían" y tras ello el templo judío fue cristianizado y convertido en la Parroquia de Santa Catalina.

Con estos datos no estamos dando por sentado que los restos arquitectónicos aparecidos ayer en el centro de Valencia de Don Juan se correspondan con la sinagoga judía. Lo único evidente es que manifiestan la existencia de un edificio importante dada su fuerte fábrica de ladrillo, tapial y piedra junto a la presencia de arcos en altura. La función de la construcción, por el momento, es una incógnita.

jueves, 9 de junio de 2011

Prensa histórica coyantina (I): Semanario EL PROGRESO


Escribe en la página 68 del tomo III de su Historia de Coyanza el recientemente nombrado Cronista Oficial de Valencia de Don Juan, Miguel Ángel Millán Abad, que no había podido localizar ningún ejemplar del periódico EL PROGRESO del cual le habían dado noticias, teniéndolo como sustitutuvo del desaparecido EL ESLA editado entre el 21 de julio de 1918 y el 22 de mayo de 1921.

Por suerte y gracias a un amigo, nosotros hemos tenido el placer de tener en nuestras manos un número de
EL PROGRESO, además el primero, que vio la luz el 13 de noviembre de 1921. Ciertamente puede considerarse como una continuación de EL ESLA, pues aunque nosotros no hemos tenido todavía la fortuna de contemplar ningún original de aquel, observamos muchas similitudes en el formato de su cabecera.

EL PROGRESO se presentaba como "semanario independiente y de información" y al igual que EL ESLA se publicaba los domingos. Cada número costaba 10 céntimos y tenía los siguientes precios de suscripción: 1,50 pesetas al trimestre, 3,00 pesetas al semestre y 5,50 pesetas al año. No aparece el nombre de su director en este número inaugural, aunque la dirección de la redacción y administración figuraba en Salvador nº 5.

Los redactores explican en el primer número de
EL PROGRESO que "es y será ante todo y sobre todo el portavoz de nuestra querida villa (...) en sus columnas se imprimirán artículos encaminados a defender los intereses de nuestro desatendido y olvidado pueblo". Más adelante concreta alguno de sus aspectos y objetivos: "Actuaremos en política. En la política de progreso: desecharemos esos partidos de turno que nunca han hecho nada merecedor del aplauso unánime. Criticaremos la política local, sea quien fuere su director o cacique, si ella no va encaminada por el sendero que debe seguir. Sin embargo, tampoco regatearemos el aplauso a quien veamos que de una manera desinteresada trabaja activamente por el bien del pueblo y del distrito generalizado".

Las primeras columnas se firman bajo seudónimos: Rubén Darío, El príncipe de los sueños locos, Armando Lío o Pompeyo, aunque también esciben forasteros como Pelayo Loydi desde La Bañeza o Higinio López desde Ceuta. Una de las primeras quejas que se hace al alcalde Juan García Otero es que haya ordenado el cierre de los establecimientos públicos a las 11 de la noche, lo que comprobaba la Guardia Civil causando perjuicios a los industriales coyantinos.

En las segunda y tercera planas priman las noticias de carácter local: accidente del motociclista Adolfo Sáenz de Miera contra un auto, caida del precio del trigo pero no del pan, proyecciones cinematográficas, actuación del cuarteto "Esla"... y provincial, destacando la corresponsalía desde Villamañán a cargo de L. Rodríguez.

Sobre todo en la tercera y cuarta planas de
EL PROGRESO aparecen los anuncios comerciales, literarios o insertos en las propias columnas, como los siguientes:
  • Nuevo comercio de tejidos y paquetería de Pedro Santos Millán en la rinconada del Ayuntamiento.
  • Tintorería moderna Miguel Prádanos en Medina de Rioseco con sucursal en Valencia de Don Juan, calle de la Barrera nº 9.
  • Ebanistería, carpintería y funeraria de Julián Martínez, en Villamañán.
  • Antonio Montero, fábrica de estuches azucareros en Valladolid.
  • Manuel Sánchez Guerra, tienda de curtidos y venta de pieles.
O los gráficos o con amplio espacio reservado:
  • R. Vega de Gijón: ron Mulata, coñac Serres, anís Covadonga.
  • Ramón Alcón, calle Mayor nº 2: quincalla, paquetería y ferretería "gran surtido en calzado, camisería y sombreros".
  • Ladislao Vecino, cosechero sucesor de Pedro vecino, marca registrada "Prieto picudo".
  • Víctor Sáenz de Miera: quincalla, paquetería, ferretería, loza, cristal y lampistería "subalterna de la compañia arrendataria de tabacos".
  • Gran Hotel Guerrilla "edificio construido espresamente para este objeto".
  • Eliseo Ortiz, sucesor Anastasio Ortiz, calle Alonso Castrillo nº 8: comercio de tejidos del reino y extranjeros, especial en el ramo de pañería y almacén de hierro.
  • Caleras Bercianas: despacho de José Vidal Méndez o Eugenio Castañeda a las cuevas (Barrio Nuevo) de Valencia de Don Juan.

EL PROGRESO también aporta información mercantil local, recogiendo los precios de cereales y otros géneros:
  • Trigo: 69 reales la fanega.
  • Cebada: 39 reales la fanega.
  • Centeno: 48 reales la fanega.
  • Avena: 30 reales la fanega.
  • Alubias: 205 reales la fanega.
  • Grabanzos: 250 reales la fanega.
  • Patatas: 10 reales la arroba.
  • Huevos: 12 reales la docena.

Las autoridades locales también utilizaron las páginas de
EL PROGRESO para anunciar sus acuerdos, como el que publica el alcalde Juan García Otero relativo a la creación de un Mercado de Ganado Lanar todos los jueves del año desde el 20 de octubre de 1921 "en la plaza de los aliados, hoy Eliseo Ortiz, con la calle del Palacio y de la Barrera".

Nos encantaría recibir comentarios o correos si algún lector posee algún otro ejemplar de
EL PROGRESO u otros periódicos coyantinos. Nuestra intención es digitalizar el mayor número de ejemplares para colgarlos en internet y facilitar su consulta a cuantos investigadores y personas estén interesados. Agradeceríamos por ello su colaboración.

NOTA: si alguien desea recibir digitalizado el nº 1 de
EL PROGRESO puede solicitárnoslo mediante e-mail a revilla.coyanza@gmail.com

domingo, 24 de abril de 2011

Descripción de un pendón en Valencia de Don Juan hace casi 400 años

Los archivos históricos son fuente inagotable de sorpresas. Por ello, no desisto en continuar alentando a nuestras autoridades para que promuevan espacios e instituciones locales en las que se conserven y cataloguen convenientemente nuestros viejos documentos, fotografías, libros, periódicos… No sólo los que tienen cientos de años, sino también los de hace pocas décadas e incluso los actuales, pues llegará el día en el que los investigadores se interesen por ellos. Yo personalmente, y a buen seguro que otras muchas personas también lo harían, me ofrezco para colaborar en la creación y gestión de un llamémosle “Centro de Estudios Coyantinos” con dichas funciones.

Pero no era este el objetivo de mi escrito, aunque no quiero dejar pasar la oportunidad para reivindicar esta iniciativa. Lo cierto es que durante las últimas semanas me he dedicado a investigar sobre la Semana Santa de Valencia de Don Juan y para ello he acudido a consultar la documentación que actualmente custodia el Archivo Diocesano de León. Entre los numerosos legajos correspondientes a las antiguas parroquias coyantinas, he puesto especial interés en los inventarios de las iglesias y sacristías, observando las imágenes y objetos que contenían.

Pues bien, así localicé la relación hecha a comienzos del siglo XVII por el sacristán Gaspar Martínez: “Ynuentario De los bienes, plata, tapices, Hornamentos, frontales, sedas y Ropa blanca y Otras cosas que están en la sacristía de la iglesia mayor de Nuestra S(eñora) del castillo biejo desta villa de Val(encia) de Don Ju(an)…” [AHDL, Fondo Parroquial, caja 6222].

Entre otros muchos objetos, dicho inventario fechado el 2 de febrero de 1614, recoge la existencia de un pendón e incluso nos aporta la siguiente descripción del mismo:

[...] Yten un pendón de damasco blanco y azul

con un castillo a un lado bordado de brocado

al otro lado una Madre de Dios con dos ánge-

les y una corona de lo mismo que el castillo. Ha

de dar q(uenta) Luis de prados Sacristán y sus herederos

de la ymagen de N(uestra) S(eñora) [...]

Esta referencia, aunque nos hubiese gustado que fuese todavía más detallada, es breve pero no escasa, teniendo en cuenta que estamos ante una relación de bienes. No sólo nos dice los colores del pendón, sino que también nos aporta los elementos figurativos que contenía y los materiales con que estaba realizado.

Así, nos encontramos hace casi 400 años con la existencia de un pendón de damasco, un rico tejido que destaca por los dibujos que pueden crearse combinando los brillos y mates de la trama y la urdimbre. En cuanto a los colores, constata el blanco y el azul, gamas también presentes en otros históricos pendones leoneses de la ribera del Esla. Con ello, nos aventuramos a opinar que estos colores son los que han propiciado la actual configuración de nuestro pendón, blanco y púrpura, pues desconocemos la intensidad y tonalidad del azul original pero evidentemente no hay mucha diferencia con las distintas pigmentaciones violáceas y bien pudo darse una sustitución progresiva o una variación por aproximación.

Sobre estos posibles cambios no tenemos por el momento noticias, aunque sí podemos decir que en el documento que estamos citando existen notas marginales datadas en 1632, una de las cuales alude al pendón diciendo “Consumiose. Ha de dar q(uenta) Gaspar del castillo”. Por tanto hay que darlo por perdido en esa fecha, aunque lo lógico es que con posterioridad se encargara un nuevo pendón.

Volviendo a la descripción de 1614, hemos de destacar las figuras que aparecen sobre el paño, por el total desconocimiento que sobre ellas teníamos hasta el momento. En primer lugar se cita un castillo, del que no se nos ofrecen más detalles salvo su ejecución en brocado, que interpretamos como realizado con tela de seda entretejida con hilos de oro. Al lado opuesto y del mismo material, una Virgen flanqueada por dos ángeles y tocada con corona, cuya disposición podría ser muy similar a la pintada en 1687 por Miguel de Ferreras (cuadro que cuelga hoy de los muros de nuestra iglesia de los Agustinos): la pareja de ángeles sustentando la corona real sobre la cabeza de la Virgen, una mera hipótesis que planteo por mi parte. De confirmarse, la imagen de la “Madre de Dios” que reproduciría el pendón sería la de la propia patrona de la villa, la Virgen del Castillo.

Cuadro de la Virgen del Castillo de Valencia de Don Juan pintado por Miguel Ferreras en 1687

Gracias a este documento podemos por tanto reconstruir uno de los principales símbolos de Valencia de Don Juan hace cuatro siglos, su pendón. Lamento que el hallazgo de la referencia lo haya tenido ahora, apenas unos meses después de haber confeccionado un nuevo estandarte por parte del Ayuntamiento, que ya en noviembre de 2006 pedía colaboración a este respecto (ESLA nº 281, p. 7). Deseo que este escrito se interprete como una contribución a la recuperación de la Historia local y no como una crítica a la carencia de documentación para realizar el actual pendón. Sí reprobé en su día la materialización de una bandera municipal erróneamente basada en la pendoneta y carente del obligado y pertinente estudio (ESLA nº 320, febrero 2010, p. 26).

Termino reiterando las palabras con que iniciaba este escrito: sería necesario y positivo para muchos ámbitos que desde el Ayuntamiento se promocionase o al menos se facilitase a las asociaciones y/o colectivos interesados la posibilidad de aumentar las investigaciones serias y rigurosas sobre nuestro pasado. Por mi parte, la mano queda tendida y mi compromiso queda de manifiesto con esta colaboración, que se suma a otras anteriores.


NOTA: Este artículo fue publicado en la revista ESLA número 332 (marzo de 2011), página 21, aunque apareció con varios errores y erratas que requerirán de un texto aclaratorio en el próximo número. Así pues, aquí pueden leer el artículo tal cual lo enviamos a dicha revista.

martes, 1 de marzo de 2011

Nuevo uso para el viejo almacén del Tren Burra. Herencia ferroviaria coyantina (III): las cocheras


El conjunto de la antigua estación del tren secundario o de vía estrecha en Valencia de Don Juan está recibiendo una importante intervención actualmente.

Las viejas cocheras donde descansaban los elementos móviles de la compañía "Ferrocarriles Secundarios de Castilla" se están transformando interiormente para acoger en el futuro las instalaciones del Centro Innovador de Acción Social.


Tales cocheras, inauguaradas como el resto de la línea ferrea el 30 de abril de 1915, ven de nuevo un cambio de uso que le haga perpetuarse en el tiempo. Tras el cierre del transporte ferroviario en la década de 1960, a finales del siglo XX las dependencias coyantinas fueron adquiridas a FEVE por el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan y acogieron una Escuela Taller y distintos Talleres de Empleo, entre otras utilidades municipales.

Ahora, el edificio casi centenario pasará a tener nuevamente el dinamismo de un edificio público. S
egún indica el cartel informativo de la obra, el nuevo Centro Innovador de Acción Social coyantino será una realidad en mayo gracias a la cofinanciación de 255.430,14 € por parte de la Diputación de León, el FEDER y el Ministerio de Administraciones Públicas.